La escena del evangelio de hoy contrasta mucho con la del domingo pasado. Debido a la falta de fe de la gente en Nazaret, Jesús solo pudo curar a unos pocos enfermos. Después de esa frustración, Jesús intenta un enfoque diferente enviando a los apóstoles. Como escuchamos, los apóstoles tuvieron un gran éxito en su misión, expulsando demonios y curando a los enfermos. El contraste entre la gente de la sinagoga de Nazaret y los apóstoles (más los que curaron) es intencional. Los nazarenos tuvieron la oportunidad, pero se convencieron de no hacerlo. Los apóstoles estuvieron abiertos a la gracia y la instrucción de Jesús, y tuvieron éxito. A veces, la mejor solución es no pensar demasiado en una situación. Si nos apegamos a lo que sabemos que es correcto y lo que Jesús nos enseño, deberíamos estar en buena forma.